Hoy nos encontramos ante un mapa coroplético que hace referencia a la distribución de la población española sobre el territorio, atendiendo tanto a regiones, con distintas tonalidades, como a las ciudades, reseñadas con puntos de diferentes tamaños. Cuatro grandes regiones destacan con diferentes tonalidades, son las correspondientes con las zonas de mayor densidad de población.
En el sur destaca la región costera de Andalucía y la depresión del río Guadalquivir, con ciudades como Sevilla, Málaga, Granada y Córdoba.
En la zona oriental, destaca la franja de ocupación correspondiente con la región mediterránea, con ciudades como Barcelona, Valencia, Alicante o Murcia.
En la zona noroccidental, destaca la zona de ocupación gallega, y en el norte peninsular destaca la región cantábrica, con ciudades con gran densidad de población, en referencia el sistema de ciudades español, como Bilbao.
Por otro lado hay que resaltar el vacío demográfico que presenta el interior peninsular como resultado de unas condiciones climáticas, y de relieve, menos favorables en comparación con las regiones costeras. Con un núcleo poblacional céntrico como Madrid, se puede observar que el sistema de ciudades español presenta una distribución de tipo radial.
Para comentar este mapa hay que atender al clima peninsular, el cual tiene un marcado carácter continental en el interior peninsular a causa de la influencia de sistemas montañosos paralelos a la costa que impiden la entrada de la influencia marina. El elevado relieve meseteño también es causante del aislamiento de la región central española.
El reparto de la población y el tamaño de las ciudades, también es resultado de la propia estructura económica del país. La escasa y tardía industrialización de España ha configurado un sector laboral en el cual la población activa empleada en el sector terciario supera el 60%. El sector terciario español está casi monopolizado por el sector turístico, con amplio desarrollo en las regiones costeras. El gran desarrollo del sector agrario en el interior peninsular ha marcado el progreso del éxodo rural de la zona interior hacia la costa, ya que la población suele huir de las duras condiciones de dicho sector primario.
Este mapa es un claro ejemplo de la importancia de atender simultáneamente a los factores físicos y humanos a la hora de realizar un buen estudio geográfico.
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