Analizando esta imagen, podemos observar que nos
encontramos ante una fotografía de un espacio comercial. Dada la gran extensión
del espacio comercial, podemos afirmar que nos encontramos ante un centro
comercial. Siguiendo a Colin Clark y a Jean Fourastié en su “Hipótesis de los
tres sectores” de 1940, en la que divide los sectores económicos en tres, esta
imagen se corresponde con el sector terciario, el dedicado a actividades de
distribución y consumo de bienes y servicios. En este caso, en los centros
comerciales se unen diferentes actividades terciarias como son el ocio y el
comercio, la idea sobre la unión de estas dos actividades tiene su origen en
Estados Unidos en la década de 1970. El objetivo era aumentar el consumo de los
usuarios ofreciendo actividades como espectáculos en unos microclimas muy
agradables que incitan al consumo.
La localización de los centros comerciales responde a
unos criterios básicos de rentabilidad, situándose en zonas o ciudades con una
población numerosa y con buenas vías de comunicación para facilitar su acceso.
Atendiendo a lo anterior, los centros comerciales son más numerosos en ciudades
con más de cien mil habitantes en países
desarrollados, y en ciudades grandes y capitales de países en vías de
desarrollo o subdesarrollados.
A modo de comentario, en primer lugar debemos definir
el comercio como el conjunto de actividades realizadas para llevar los
productos de los centros de producción a los centros de consumo. En cuanto al
ocio, pueden ser consideradas como tal todas las actividades recreativas.
El desarrollo del comercio ha vivido fases de
expansión alternadas con otras de contracción, pero a nivel general, se puede
afirmar que desde la Revolución Industrial, y sobre todo desde la Segunda
Guerra Mundial, el comercio ha vivido una expansión sin precedentes apoyada en
la mejora de las vías de comunicaciones y en las mejoras técnicas y
organizativas que ha vivido el sector terciario.
Por último, destacar la influencia que estos grandes
centros comerciales han tenido, y tienen, en la estructura urbana, ya que en
muchas ocasiones han marcado la futura morfología de las ciudades al ser un
polo atracción de población. No solo marcan la futura estructura urbana de una
ciudad, también tiene repercusión en las zonas anteriores a su aparición, ya
que en ocasiones conllevan la destrucción del comercio minorista de la ciudad
ante su imposibilidad de competencia con estos grandes centros, lo que a su vez
deriva en el abandono y deterioro de zonas urbanas tradicionales que han visto
como el foco comercial se desplazaba hacia las zonas periféricas donde se
suelen localizar estos centros comerciales. Esta concentración comercial, y la
destrucción del pequeño comercio, supone que los usuarios perdamos capacidad de
elección, ya que el comercio aparece prácticamente monopolizado por grandes
marcas o cadenas.
Volviendo a la frase de Colin Clark, dicha imagen nos permite, no solo entender la evolución del comercio y la concentración comercial que vivimos en las últimas décadas, también nos ofrece una gran ayuda para la comprensión del mercado laboral actual en el que más del 60% de la población de los países desarrollados se encuentra empleada en el sector terciario; y nos ayuda a comprender la evolución que viven las ciudades a causa de la creciente terciarización de la economía.
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