Nos encontramos ante un mapa poblacional coroplético, en
el cual se colorean las diferentes regiones para mostrar una estadística, en él se refleja la densidad de población a nivel mundial. La tonalidad más clara
refleja las zonas con densidad de población menor a 1 persona por Km2; en
amarillo se representan los países o regiones con una densidad de entre 1 y 10
habitantes por Km2; en naranja aparecen las regiones de entre 10 y 50
habitantes por Km2; en tonalidad más oscura aparecen las zonas de entre 50 y
100 habitantes por Km2; y por último, en rojo, las zonas con más de 100
habitantes por Km2.
Para
comprender este mapa hay que tener en cuenta el desigual reparto de
la población sobre la Tierra. El 90% de la población mundial actual, cuyo total
son en torno a 7.000 millones, habita en el hemisferio norte, y cuatro quintas
partes de la población mundial habita entre los 20º y 60º norte. Las causas de
este reparto desigual son tanto humanas, comprendiendo factores políticos,
históricos, socioeconómicos y culturales; como causas físicas, tales como el
clima, la riqueza del suelo y subsuelo, o la altitud, dado que la mayor parte
de la población mundial habita zonas costeras o zonas con una altitud menor a
los 500 metros sobre el nivel del mar.
El
reparto de la población tampoco es homogéneo por continentes o países, aparecen
grandes vacíos demográficos y grandes zonas de altas densidades de población.
Atendiendo
a los grandes vacíos demográficos, se pueden establecer tres grandes zonas de
vacíos demográficos: la primera de ellas serían los grandes desiertos cálidos,
ocupan un octavo de las tierras sumergidas y recogen al 1/70 de la población
mundial. Hablamos de los desiertos de Namibia, Sahara, Gran desierto
australiano, desierto de México, de Arabia, de Irán, etc. La segunda de las
zonas son los desiertos fríos, zonas polares y árticas que suponen el 20% de
las tierras emergidas y recogen al 0.02% de la población, sobre todo
trabajadores de bases militares y petrolíferas. La tercera zona se corresponde
con las selvas ecuatoriales: Amazonia, Costa del Golfo de México, cubeta del
Congo, Indonesia, etc. donde vive población en condiciones primitivas. Todas
estas zonas se corresponden en el mapa con las zonas de color más claro.
En
cuanto a las zonas de gran densidad de población, se pueden establecer cuatro
grandes zonas. La primera de ellas es la zona de Asia Oriental, que supone el
7% de las tierras emergidas y recoge al 25% de la población en países como
China, Japón y las dos Coreas. La segunda es Asia Meridional, que supone el 5%
de las tierras emergidas y el 28% de la población mundial, repartida entre
países como Pakistán, India y Bangladesh. La tercera gran zona se corresponde
con Europa, con el 7% de las tierras emergidas y el 11% de la población
mundial. Por último, la cuarta zona se corresponde con el sector nororiental de
América del Norte y la costa occidental, con megalópolis como la de
Boston-Washington o Chicago-Pittsburg.
Por
continentes, las máximas aglomeraciones son las siguientes: en Europa
encontramos la zona conocida como la Banana Azul, del norte de Inglaterra al
norte de Italia, la banda mediterránea desde la costa levantina española hasta
Roma y el triángulo formado por las San Petersburgo, zona central de los Urales
y el curso inferior del rio Don. En Asia la concentración se produce en Asia
Meridional y Oriental, Oriente Medio, y en la zona conocida como Creciente
Fértil. En Oceanía la población se concentra en la zona costera de Australia,
con un 90% de población urbana, y en Nueva Zelanda en la isla norte. En cuanto
a África, la población se concentra en la zona de Magreb, Sudáfrica, Golfo de
Guinea, Valle del Nilo y la región de Grandes Lagos. Por último, en América la
población se concentra en la zona sur de Canadá, costa de California, en las
islas mayores de las Antillas, Grandes Lagos, San Lorenzo, Rio de la Plata y
las megalópolis antes mencionadas, además de en capitales de países como Perú o
Ecuador.
Como conclusión, resaltar que el humano ha preferido el asentamiento en zonas periféricas y costeras; y aquellas que ofreciesen mayores posibilidades de subsistencia, dejando las zonas interiores con densidades de población menores. Las altas densidades de población en países subdesarrollados o en vías de desarrollo ha acarreado problemas ambientales, sanitarios, educativos, laborales, etc. que actualmente centran la atención de los expertos.
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