Nos
encontramos frene a un mapa de evolución, o diacrónico, que recoge la expansión
de Alemania, en Europa, desde el año 1936 a 1939. En
tonalidad amarilla, los límites de Alemania antes de las anexiones; en una
gradación de tonos verdes aparecen las diferentes zonas de expansión de la
Alemania nazi. Se muestra también una serie de nombres que señalan los
diferentes países y zonas de expansión. Una línea resaltada en color rojo marca
la frontera de Alemania tras estas anexiones.
La primera zona a analizar es la de tonalidad amarilla, que corresponde a los territorios de Alemania tras los diferentes
tratados de paz posteriores a la Primera Guerra Mundial, siendo el más
importante el Tratado de Versalles de 1919. Lo destacable es la división del
territorio alemán en dos zonas separadas por la ciudad de Danzig, declarada
“Ciudad Libre de Danzig” que quedó bajo autoridad polaca y de la Sociedad de
Naciones.
La segunda zona
corresponde a la tonalidad verde más clara, la zona desmilitarizada del Rin tal
y como estableció el Tratado de Versalles. Esta es la primera zona de expansión
alemana en marzo de 1936 y supone una franja de más de cincuenta kilómetros de
ancho que hacía de frontera con Francia.
La tercera zona, la
siguiente tonalidad de verde en orden de más claro a más oscuro, aparece Austria,
ocupada a inicios del año 1938 con la aclamación de gran parte de la población
austriaca. La ocupación de esta zona supuso la materialización del deseado
Anschluss, la unión de Alemania y Austria.
La siguiente zona se
corresponde con los Sudetes, región de Checoslovaquia en la que vivía población
de origen alemana. En 1938 se desarrolló una campaña separatista protagonizada
por dicha población alemana y esto sirvió de pretexto para que Hitler
acometiera su anexión a mediados del año 1938.
La penúltima de las
zonas se corresponde con Bohemia y Moravia, dos regiones de Checoslovaquia que
pasan a Alemania en el año 1939. Finalmente, la última de las zonas se
corresponde con la ciudad de Danzig, que fue anexionada al estallido de la
Segunda Guerra Mundial.
Es necesario retroceder la vista hasta los tratados de paz
firmados tras la Primera Guerra Mundial. Los tratados de Versalles, Neuilly,
Sevres, Trianon y Saint Germain supusieron para Alemania la pérdida de parte de
Silesia; los Ducados del norte que
pasaron a Dinamarca; en la zona occidental Alsacia y Lorena pasaban a Francia;
perdió todas sus posesiones coloniales; fue obligada a pagar las “reparaciones
de guerra” y quedó dividida en dos por el corredor de Danzig. Estos tratados se
complementan a finales de 1925 con el
Tratado de Locarno, que reconocía la inviolabilidad de las fronteras alemanas
con Bélgica y Francia, y establecía la desmilitarización de la región de Renania.
Con la Gran Depresión
de 1929 el “espíritu Locarno” se desvaneció y supuso el aumento del paro, la
desigualdad y la aparición de nacionalismo agresivos. Uno de estos
nacionalismos es el alemán, que tendrá en la figura de Adolf Hitler su máximo
referente. Con el ascenso del Partido Nazi al poder en 1933 y la salida de
Alemania de la Sociedad de Naciones se inició un proceso de ruptura en las
relaciones internacionales que supondrá
la renuncia a los anteriores tratados de Paz.
Las anexiones realizadas
por Alemania desde 1936 a 1939 no encontraron una respuesta firme por parte de
las potencias europeas. Tras la revuelta en los Sudetes en 1938, se llevó a
cabo una reunión entre Hitler, Daladier, jefe de gobierno francés y Chamberlain
primer ministro de Reino Unido, que se traduciría en la creación de los
Tratados de Munich que acordaron transferir a Alemania los Sudetes
a cambio de garantías de respeto a la independencia de Checoslovaquia, algo que
Hitler no cumplió, ya que en marzo de 1939 Alemania se anexionó las regiones de
Bohemia y Moravia.
Todas estas anexiones fueron justificadas por parte
del nazismo alemán con la misma idea, el “espacio vital” o Lebensraum, que viene
a justificar que la supervivencia de un estado queda garantizada cuando dispone
del espacio suficiente para atender a sus necesidades. Bajo esta premisa el
gobierno nazi acometió las anexiones, algunas de ellas con la aprobación de
parte de la población de las zonas anexionadas, como ejemplo el caso de
Austria.
Esta guai
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